Pasé mi infancia disfrutando de los innegables atascos de Yoshi’s Island, previniendo el fin del mundo en Majora’s Mask, arrasando el panteón griego en God of War y explorando Tamriel en The Elder Scrolls IV: Oblivion. Hoy, me gusta tocar una mezcla de géneros y no puedo resistirme a un buen indie.